¿Qué es la amigdalitis?

Tiene una amígdala hinchada, roja y dolorosa. Los ganglios linfáticos de su cuello también pueden estar inflamados. Esta infección puede ser causada por bacterias. Las amígdalas y la garganta pueden doler y es posible que deba descansar la voz y el cuerpo por un tiempo. El dolor y la hinchazón pueden ser causados por una variedad de factores, pero todos son signos de amigdalitis. En algunos casos, es posible que necesite que le drenen un absceso.

La infección bacteriana que causa la amigdalitis es altamente contagiosa y, si no se trata, puede provocar problemas de salud más graves, incluida la fascitis necrosante. El tratamiento para la amigdalitis generalmente implica medicamentos de venta libre o recetados para el dolor. En caso de fiebre, también se recomienda beber líquidos tibios. Tomar una ducha tibia, lavarse las manos después de tocarse la nariz y no compartir alimentos con otras personas son precauciones importantes que se deben tomar.

Los síntomas de la amigdalitis incluyen un dolor agudo y punzante en la garganta, la parte posterior de la mandíbula y los oídos. En algunas personas, tragar se vuelve difícil o doloroso. En casos severos, tragar puede volverse tan doloroso que se vuelve difícil o imposible. Además, es posible que notes goteo nasal. Los síntomas de la amigdalitis pueden ser extremadamente incómodos. Incluso puede experimentar dolor de cabeza, escalofríos o escalofríos.

Si siente alguno de los síntomas anteriores, debe comunicarse con su médico de inmediato. Si bien los medicamentos de venta libre pueden aliviar el dolor de garganta, no acortarán la duración de la infección. En la mayoría de los casos, la amigdalitis es una infección viral, pero en algunos casos, la infección es causada por bacterias. Sin embargo, es posible que no esté seguro, ya que generalmente no hay pruebas disponibles para determinar el tipo de infección. En estos casos, el antibiótico mata las bacterias pero no ayuda a combatir el virus.

La amigdalitis aguda no responde bien a los antibióticos. La infección generalmente desaparece por sí sola sin antibióticos. Los síntomas de la amigdalitis variarán de persona a persona. El síntoma más común de la amigdalitis es el dolor de garganta. Otros síntomas pueden incluir fiebre, náuseas y fatiga. Si la infección es grave, debe consultar a un médico. Si su médico le recomienda un tratamiento, el sitio igs.org.mx

le ofrecerá medicamentos para aliviar el dolor.

Debe conocer las causas de la amigdalitis. Si se trata de una infección viral, su médico puede recetarle antibióticos. Si se trata de una infección bacteriana, se le puede administrar un antibiótico en una inyección única. Si la infección es causada por una bacteria, se le administrará un antibiótico en forma de pastillas o inyección. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad, se le puede administrar un medicamento antiviral.

Es importante tener en cuenta que la amigdalitis es más común en los niños. Casi todos los niños en los Estados Unidos experimentarán amigdalitis al menos una vez en su vida. Los virus son la causa más común, aunque las bacterias también pueden causar la infección. Los adultos también pueden desarrollar amigdalitis. Afortunadamente, no es contagioso, pero lavarse las manos con frecuencia ayudará a prevenir la propagación de la infección. Los síntomas de la amigdalitis pueden durar de dos semanas a un par de meses.

Los síntomas de la amigdalitis incluyen un dolor punzante en la garganta y la parte posterior de la mandíbula. También puede hacer que tragar sea doloroso o causar tos. Es importante buscar atención médica si los síntomas persisten durante más de tres semanas. Durante este tiempo, su médico puede recetarle un antibiótico para tratar la infección. Alternativamente, puede optar por tratar los síntomas usted mismo. Pero es importante recordar que la lotsilitis es causada por un virus. Si tiene una infección viral, es probable que su cuerpo reduzca las amígdalas con el tiempo.

Los síntomas de la amigdalitis son muy comunes y hay muchas formas de tratarla. Es importante lavarse bien las manos antes de tocarse la nariz o la boca. Debes evitar besar a alguien hasta que estés 100 % seguro de que no estás infectado con la enfermedad. Y recuerda que no debes usar los cepillos de dientes y el papel higiénico de otras personas hasta que te sientas mejor. Su médico le recetará un nuevo cepillo de dientes si no se siente bien.